El paisanaje “está grueso” en Tabasco

En la tierra del candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, el paisanaje de Andrés Manuel López Obrador arrastra las candidaturas de los candidatos locales, quienes fincan sus esperanzas en el voto cruzado

 

Texto Carlos Marí

Fotografías: Agencia Cuartoscuro

VILLAHERMOSA, TABASCO.- El movimiento de Andrés Manuel López Obrador está a punto de ganar en este estado no sólo la elección presidencial, también la gubernatura y la mayoría de escaños en el Congreso estatal y de las 17 alcaldías.

Morena busca aquí un “cayuco completo”.

“Les recomiendo mucho a este señor, necesito una gente de absoluta confianza,

Nada de voto cruzado, vamos parejos todos”, es la petición que López Obrador dirige a sus simpatizantes para afianzar a su abanderado por la gubernatura, Adán Augusto López Hernández.

A López Hernández las encuestas lo enfilan con una ventaja cada vez mayor, hasta situarse con el 62 por ciento de las preferencias electorales, según la más reciente difundida por El Financiero el 20 de junio. La cifra lo ubica 42 puntos arriba de su más cercano contrincante: el perredista Gerardo Gaudiano, candidato de la coalición “Por Tabasco al Frente”, y a 51 de la priista Georgina Trujillo.

Cuando diversas encuestas perfilaron que Morena obtendría la mayoría en la Cámara de Diputados federal, Tabasco fue de los primeros estados donde ese partido arreció con su llamado a votar “seis de seis”, es decir, el voto parejo en todas los cargos a elegir federales y locales, aprovechando el “efecto peje”.

¿Podrán lograr los contrincantes de Adán Augusto conseguir un voto diferenciado con el que superen el oleaje de votos de López Obrador, sobre todo cuando sus candidatos a la presidencia, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, tendrán baja votación en Tabasco?

En Tabasco, López Obrador inició hace tres décadas su trayectoria política con dos contiendas por la gubernatura fallidas, en las cuales padeció la desigualdad de recursos de campaña frente a un poderoso PRI, en aquél entonces en manos de Roberto Madrazo. A Madrazo se le comprobaron aportaciones del erario estatal, como del magnate Carlos Cabal encarcelado después por lavado de dinero . Y ahora, López Obrador ha puesto en jaque, tanto al PRI que pretendía regresar a la Quinta Grijalva, como al PRD, el partido que él fundó en este estado.

En entrevista con Pie de Página, Raúl Ojeda, a quien como candidato del PRD quien le tocó perder la gubernatura tres veces frente a ese PRI gobernante, explica que ahora las condiciones políticas son distintas, no sólo en Tabasco, sino en el mismo movimiento de López Obrador.

“Lo que tengo conocimiento plenamente es que, primero, el PRD le da la espalda a Andrés Manuel, al quedar en manos de todas esas tribus que siempre hacían cálculos y acuerdos para tener canonjías, pero cometieron su error dramático de aliarse con el PAN, por lo que ahora estoy viendo una deserción masiva de facto de sus militantes a Morena”, expresa Ojeda, quien fue secretario de Gobierno del gobernador Arturo Núñez.

Núñez, quien llegó a la gubernatura apoyado por López Obrador, pero luego tomó distancia de Morena, se ha mantenido al margen y ello, remarca Ojeda, es otro ingrediente que distingue esta de las contiendas pasadas en Tabasco.

“Núñez ha sido respetuoso del proceso electoral y así se va a comportar. A él le tocó vivir la intervención de un gobernador, que fue Roberto Madrazo, para frenar sus aspiraciones en el PRI, y cuando contendió por la gubernatura por el PRD, también enfrentó al aparato gubernamental (de Andrés Granier), por lo que ahora está siendo consecuente”, subraya Ojeda, quien renunció al PRD en septiembre del 2017.

Tan fuerte es el peso aquí del candidato presidencial de Morena, que el aspirante a la gubernatura, Adán López Hernández, ni siquiera ha promovido el voto de castigo al gobernador perredista Arturo Núñez, sólo se ha limitado a remarcar que a los tabasqueños les va ir bien con un presidente “choco”. 

Andrés Manuel López Obrador en compañía de Arturo Nuñez. Fotografía: Marco Polo Hernández

Paisanaje contra linajes del trópico

En la lucha por el poder del trópico tabasqueño no están sólo los partidos; aquí hay familias que dieron pie de corrientes o “herencias políticas” que están siendo diezmadas también por el “paisanaje” de López Obrador.

Gerardo Gaudiano Gaudiano, ex alcalde del Centro y candidato de la coalición Por México al Frente, presume la herencia política de su abuelo, el ex gobernador priista Leandro Rovirosa Wade, ya fallecido, a quien se identifica como impulsor de la modernidad de Villahermosa durante el auge petrolero de los años 80.

“Mi abuelo era un visionario que hace 40 años puso a la vanguardia a Tabasco”, recordó Gaudiano el día de su registro como candidato y, desde entonces, lo menciona en sus mítines y los spots de su propaganda.

Paradójicamente, Gaudiano inició su incursión en la política de la mano de dos ex priistas que luego se sumaron al movimiento de López Obrador, formaron parte del PRD y ahora están en Morena: Raúl Ojeda y el propio Adán López Hernández. (En el 2000, a los 20 años, Gaudiano fue coordinador de jóvenes perredistas en la primera campaña de Ojeda, y en 2012 hizo campaña por una diputación federal junto con López Hernández, quien contendió para senador; ambos ganaron, y enero del 2013 su ahora contrincante dejó al PRD para irse a Morena).

Georgina Trujillo, la abanderada del PRI, es hija del ex gobernador Mario Trujillo García – antecesor de Rovirosa- y priista de toda la vida. Ha sido senadora, dos veces diputada federal, alcaldesa y dirigente estatal del PRI.

Gina, como le dicen, presume su trayectoria: “He logrado construir un nombre y un apellido y les garantizo que ni mis peores adversarios pueden decir que no soy una gente corrupta”,

Sin embargo, llegó tarde a tratar de reunificar a los priistas, luego de que el tricolor perdiera la gubernatura, en 2012, ante el desfalco de las finanzas del ex gobernador Andrés Granier.

Y aunque, como Gaudiano, insiste en que puede revertir el paisanaje de López Obrador, lo cierto es que en los discursos de ambos, el tema del candidato presidencial y su impacto en el electorado tabasqueño está más presente que cualquier recriminación que puedan hacer a su oponente en la elección local.

AMLO durante su visita a Tabasco. Fotografía Marco Polo Hernández / Agencia Cuartoscuro

Gaudiano: “yo no compito contra AMLO”

Para Gerardo Gaudiano, los problemas comenzaron desde el proceso interno del PRD para definir a su candidato a gobernador. La selección, por encuesta, dejó fuera al diputado José Antonio de la Vega Asmitia y al senador Fernando Mayans Canabal; el primero fue compensando por el PRD con una posible diputación federal, pero el segundo renunció a las filas del partido y se sumó a Morena, después de reunirse con Andrés Manuel López Obrador.

Otro disidente fue el dirigente estatal del PRD, Candelario Pérez Alvarado, quien al no resultar favorecido por la encuesta para ser candidato a alcalde de Villahermosa, buscó también a López Obrador, y ahora figura como suplente del candidato plurinominal a diputado, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia.

Ante la simpatía de los tabasqueños por López Obrador, Gaudiano ha recurrido a la estrategia de llamar al “voto cruzado”, que es emitir una preferencia diferenciada para cada uno de los cargos en juego, y enfatizar que en la elección se elegirá a personas y no a partidos: “La elección es estatal y no nacional, así que viendo el momento actual hay dos candidatos con posibilidades, de los que tendrá que elegir la ciudadanía, Adán o yo”.

El lunes 18 de junio, Gaudiano tuvo que machacar a sus seguidores: “No se confundan Adán no es Andrés Manuel, y los problemas de Tabasco los resolvemos en Tabasco”.

Pero Gaudiano no sólo enfrenta el paisanaje de López Obrador; también juega en contra de la alianza electoral que su partido hizo con el PAN, un partido que no tiene peso en Tabasco. Quizá por eso, el color de su propaganda electoral es rosa y no aparecen ni los colores del PRD ni los del PAN.

Desde el inicio de la campaña, Gaudiano descartó que la competencia en el estado resultara impactada por el efecto de López Obrador una eventual baja votación de Ricardo Anaya en el estado.

¿Qué tanto puede afectar ir de la mano con un candidato de derecha? se le preguntó.

No es el caso de Tabasco, aquí el frente lo encabeza el PRD.

Pero tu candidato a la presidencia es Ricardo Anaya…

Sí, sin duda, pero en Tabasco el frente lo encabeza el PRD. En Tabasco, nosotros no tuvimos ese conflicto de que tuviéramos a un candidato (a la gubernatura) de otro partido, porque siempre en una coalición es correcto que el partido que tiene mayor número de simpatizantes, sea el que postule.

¿Y si Anaya no repunta aquí?

Vamos a hacer nuestra lucha. Tendrá (Anaya) que hacer una campaña intensa en Tabasco, como en todo el país, y yo haré lo propio como candidato al gobierno del Estado. Yo no compito contra López Obrador, yo voy contra el candidato de Morena a la gubernatura y voy a hacer la campaña más intensa de la que se tenga memoria.

Gaudiano, de 37 años, recorrió a pie diariamente kilómetros de calles en comunidades, con la promesa de representar una nueva generación de hacer política y “enviar a casa a los políticos viejos y de siempre”.

Pero aún con ese activismo, no ha logrado remontar a Adán Augusto López ni en los debates ni en las encuestas.

Gerardo Gaudiano Rovirosa en 2015 durante campaña con el PRD. Fotografía Marco Polo Hernández / Agencia Cuartosuro

Gina: “podemos vencer al fantasma”

Georgina Trujillo sabía, desde antes de registrarse como candidata a la gubernatura, del riesgo del efecto López Obrador en la contienda, pero consideraba que podría remontarlo. “No soy suicida. Si yo supiera que esta madre está perdida, no estaría yo aquí”, dijo a un grupo de periodistas el 10 de abril, cuatro días antes de iniciar su campaña.

Para entonces, al menos una decena de priistas que han ocupado puesto de elección popular se habían sumado a Morena. El primero en abandonar las filas del PRI fue el dirigente municipal de Villahermosa, Evaristo Hernández, quien renunció al partido en enero de 2016, luego de no ser sido designado para contender por segunda vuelta en la elección de alcalde de la capital. Ahora, es candidato por Morena y tiene 50 por ciento de la preferencia electoral.

Pero en abril Gina los minimizaba, porque, a su juicio, “no pegan en la dimensión que se hace creer”.

Todavía hace unos días, en un mitin de mujeres, la priísta aseguró que a partir de un voto diferenciado se le puede ganar al “fantasma” de López Obrador.

“No nos doblamos, porque aunque la gente pensaba, y algunos siguen pesando, que es imposible vencer al fantasma de nuestro paisano aquí. Yo estoy convencida que sí se puede, porque el partido tiene una enorme fortaleza. Yo conozco el partido, conozco a su militancia y sé perfectamente que la fuerza de Tabasco es la fuerza de los priistas”, expresó.

Pero la “fuerza de Tabasco” nomás no se ve. El 15 de junio, cuando el candidato presidencial del tricolor, José Antonio Meade, vino de gira a la capital tabasqueña, la estructura priísta apenas pudo reunir a unos tres mil petroleros en la Plaza de la Revolución, gracias a la movilización de ellos que dispuso el senador Carlos Romero Deschamps, dirigente del sindicato petrolero.   

En la recta final, el golpe mayor al PRI lo dio del senador Humberto Mayans Canabal, el único legislador federal del priismo tabasqueño (su hermano, Fernando, es senador por el PRD). El jueves 21 de junio, anunció que votará por López Obrador, quien “será el primer presidente tabasqueño en la historia de México”, y por Adán Augusto López, “un político inteligente, muy bien formado, (porque) está planteando la reconciliación para Tabasco”.

Hace 25 años, como dirigente estatal del PRI, Mayans Canabal enfrentó al movimiento de López Obrador (quien por segunda vez buscaba la gubernatura de Tabasco). Luego, entre el 2002 y el 2006, Mayans se afilió al PRD y buscó ser candidato a la gubernatura por ese partido, pero al no conseguirla se regresó al tricolor. Ahora, aseguró que su decisión la tomó sin haberse entrevistado con AMLO y recalcó que ni siquiera tiene interés en un cargo político, porque, a sus 69 años, “ya estoy de salida”.

“Yo soy senador por el PRI y voy a continuar en el PRI, sin embargo, el paisanaje cuenta. Vamos con Andrés Manuel, va a ser el primer presidente tabasqueño en toda la historia de México. Andrés Manuel ha presentado un programa de rescate para Tabasco, se ha comprometido con los tabasqueños a sacar adelante a Tabasco, delante de esta profunda crisis económica, social, política y de seguridad que estamos viviendo”, dijo.

Tras ese anuncio, el actual dirigente estatal del PRI, Pedro Gutiérrez, emitió un comunicado para anticipar la expulsión del senador: “Aunque él (Mayans) diga que sigue siendo priísta, la actitud asumida lo coloca como un traidor de los principios del partido, el cual a través de la comisión partidaria, habrá de tomar nota de este caso”.

Georgina Trujillo no es la única priísta afectada por el paisanaje. Otros políticos que años atrás tuvieron poder, ahora enfrentan el efecto AMLO. Uno de ellos es el ex gobernador Manuel Andrade, diputado local y candidato a senador en la segunda fórmula, detrás de la candidatura de su correligionaria Candita Gil, lo que significa que si Morena o el PRD ganan la senaduría, él queda fuera.

“El efecto López Obrador y el paisanaje está grueso en Tabasco”, admitió Andrade en una entrevista con Telerreportaje, el noticiero radiofónico de mayor audiencia en el estado.

“Remontar eso (el efecto AMLO) nos ha costado trabajo; hemos tenido que caminar horas y horas. Yo creo que en la campaña de gobernador, caminé muchísimo, pero no tanto como ésta”, confesó.

Georgina Trujillo Zentella, en 2015 cuando era diputada del PRI. Fotografía Saúl López / Agencia Cuartoscuro

¿Seis de seis?

El lunes 18 de junio, el abanderado del Partido Verde a la gubernatura de Tabasco, Óscar Cantón Zetina anunció su declinación a la candidatura para sumarse a Morena.

Ex senador del PRI, ex diputado local del PRD y representante del gobierno deTabasco   en la administración de Arturo Nuñez en la ciudad Ciudad de México, el candidato del PVEM había dado el primer paso al declarar, durante el debate, que su voto sería para López Obrador.

Y todavía el PVEM intentó convencerlo de que desistiera de esa postura. Pero Cantón reconoció que López Obrador lo invitó a comer durante una de sus giras recientes por Tabasco, y así fue que decidió sumarse a Morena.

Para Raúl Ojeda Zubieta, quien como diputado federal del PRI formó parte a finales de los 90   del Grupo Galileo, una instancia cameral plural y crítica, el llamado al “seis de seis” de López Obrador no va contra la democracia, como plantea Enrique Krauze.

“Es un argumento falso, porque eso permitiría avanzar más rápido en reformas y evitar canonjías en los partidos (…) El llamado al seis de seis, creo que la ciudadanía no se lo va regatear a Andrés Manuel, sino que le responderá”, dice.

Para Ojeda, el triunfo del movimiento de AMLO sería ver realidad lo que fue su propósito político, cuando contendió por la gubernatura, con las siglas del PRD:

“Sentiré en ese momento la culminación de un ideal, que aun cuando no nos va a tocar acompañarlo en el ejercicio de su gobierno, nadie nos va quitar la satisfacción y el orgullo de haber participado con un granito de arena en el proceso de su trayectoria en Tabasco y de su triunfo”.

Andrés Manuel López Obrador, durante campaña en Tabasco. Fotografía Saúl López / Agencia Cuartoscuro

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