Los temas en la campaña presidencial de 2018: Rusia, Venezuela, el nuevo aeropuerto de Ciudad de México. Divertidas estampas para los opinadores y redes sociales. Pero la realidad es otra. Lo que está en juego en este proceso es el futuro de decenas de millones de mexicanos en la pobreza, con futuro incierto o hipotecado. El México real ajeno a la contienda. Aquí se los recordamos
Texto: Arturo Contreras Camero y Ana Cristina Ramos
En la elección más grande y concurrida de la historia de México se espera una alta participación, especialmente de millones de jóvenes, que “tienen en sus manos el destino de la contienda”, según el imaginario popular.
Pero, ¿quiénes son realmente esos 89 millones de mexicanos que integran la lista nominal y que tienen derecho a voto el 1 de julio?
Acá les dejamos algunas pistas.
Por ejemplo, casi 52 por ciento de los electores son mujeres. Pero hay estados, como Puebla, Oaxaca y Ciudad de México, donde la votación femenina puede ser aún mayor de 53 por ciento. En cambio, en Baja California Sur y Quintana Roo hay más hombres que mujeres registrados en la lista nominal (las mujeres son, extrañamente sólo el 48 por ciento).
Los jóvenes que tienen menos de 24 años y que por primera vez podrán elegir a un presidente rondan los 15 millones, un 16 por ciento de la lista nominal; los millenial, esa generación de jóvenes que nacieron entre 1981 y 1995, y que manifestó su hartazgo de los partidos políticos en 2012 con el movimiento #Yosoy132 son representan la cuarta parte de la lista nominal (unos 23 millones de mexicanos); los pensionados y beneficiarios de programas para jubilados, que tienen más de 65 años son 10 millones, o dicho de otro modo, 11 por ciento de los votantes enlistados.
Sin embargo, la mitad de los votantes se concentra en los mexicanos que tienen entre de 35 y 65 años y que representan la fuerza laboral activa de este país; entre ellos los afectados por las políticas económicas del sexenio… o de los últimos sexenios.
En este escenario es conveniente recordar la profunda desigualdad de los mexicanos y el tamaño del reto para cualquiera que sea elegido presidente de la República:
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) calcula que somos unos 123 millones 982 mil 528 mexicanos (al último trimestre del 2017). De esos, sólo 53 millones de personas tienen algún tipo de empleo, formal o informal. En contraste, hay casi ocho millones que, o no tienen empleo, o al ser encuestados, dijeron que no lo buscan por diversas razones.
El salario promedio en el país es de 4 mil 300 pesos al mes, pero apenas un millón y medio de los trabajadores gana más de 15 mil pesos mensuales, y hay otros 23 millones que no ganan lo suficiente para comprar la canasta básica alimentaria y de servicios (es decir, que ganan poco menos de mil 500 pesos al mes). Para rematar, el 35 por ciento de la gente con un empleo no gana ni un peso al mes. La mayoría son personas que trabajan en el campo, generalmente en el cultivo de sus tierras y quienes dicen que nadie les paga por ese trabajo.
Y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH 2016), el 12 por ciento de los mexicanos cambiaron su dieta o redujeron la cantidad de comida porque no tuvieron recursos para comprar comida. Son 14 millones de personas, casi los mismos que viven en la metrópoli de Ciudad de México, una de las cinco entidades que concentran 40 por ciento de los electores: el Estado de México (13.2% de la lista nominal), Ciudad de México (8.5%) Jalisco (6.6%) Veracruz (6.4%) y Puebla (5.04%)
La marginación no sólo se centra en el salario de los trabajadores, sino también en aspectos como el acceso a servicios como agua, luz o servicio médico. Por ejemplo, de acuerdo con la ENIGH, sólo 66 por ciento de los hogares tiene servicio de agua potable en el país, pero la mayor parte se ubica en zonas urbanas.
Es otro de los contrastes que acompañarán el proceso electoral: el 30 por ciento de las casas tienen servicio de internet, pero solo el 20 por ciento tiene computadora. En cambio, en 83 por ciento de los hogares hay al menos un teléfono celular.
Además, de cada cien mexicanos sólo 54 terminaron la educación primaria y de ellos sólo nueve concluyeron una carrera universitaria. De este gran total, sólo uno de ellos tiene posibilidades de estudiar un posgrado.
Éstos son los mexicanos que el 1 de julio elegirán al nuevo presidente, nueve gobernadores y otros miles de funcionarios públicos.
A ellos hay que restarles los miles de desaparecidos y asesinados que la violencia nos dejará en los próximos meses.